A veces sólo es necesario un poco de libertad.
A veces sólo se necesita un poco de música, boli y papel. O un simple ordenador con Word y música, obviamente.
En este caso, estoy usando mi ordenador, necesito desquitarme de todo esto que me ahoga.
Siento un nudo en mi garganta, quiero que mi puto año acabe rápido, sólo son cuatro semanas más y diecisiete días más, sólo eso y estaré libre.
Podré hacer todo lo que no hice en el año, además como mi hermano se irá a trabajar por ahí, tendré todo el tiempo del mundo para salir, leer, escribir y… conocerme, seguir conociéndome que conozco muy poco sobre mí misma.
Juro que es lo que más deseo, además estoy harta de los quehaceres del colegio, casi nunca los hago, siempre los olvido pero siempre intento dar lo mejor de mí, aunque no siempre resulta. Eso me hace enojar, odio no poder hacer las cosas que me propongo, también odio que cada uno de mis jodidos planes se vallan a la mierda. Es que cada vez que planeo algo, sale mal. No puede ser de otra forma.
Planear las cosas está mal, creo. Porque la vida no está planeada… jamás pasará como uno quiere… cada vez que planeemos algo… sólo quedará en planes; Claro está, a menos que luchemos por ello, porque lo podemos todo, todo. Siempre y cuando luchemos por ello.
A veces, si no podemos lograr cosas a largo plazo… sólo plantéense metas a corto plazo que lleguen a ser a largo. Es algo un poco enredado, pero nuestro profesor de Biología nos contó una historia real. Sobre un hombre que se rompió la pierna en un glasear o una montaña, no recuerdo bien. La cosa es que lo dejaron, su compañero le abandonó y el hombre decidido a salvar su vida, comenzó a arrastrarse de diez metros en diez metros, así recorrió muchos kilómetros, no sé cuántos, pero logró salvar su vida. Con metas de corto plazo… hizo grandes cosas. Porque, con sus cortas metas, cada vez que las cumplía, se sentía feliz consigo mismo ya que… lo conseguía y no moría. Podía lograr sus cometidos.
Esa historia, ahora que pienso más a fondo en ella… es realmente inspiradora, admiro a aquél hombre, que jamás conoceré. Su historia es realmente admirable…
Mis metas eran, llegar a ser una psiquiatra, escribir un libro e ir a visitar Alemania.
Pero creo que, aunque no dejaré de luchar por ellas, mi próxima meta, aunque quizá sea un poco difícil, sabiendo en la época del año en la que estamos… Subir mi promedio, aunque sea un poco, salir de mi depresión y… continuar escribiendo, alejar este bloqueo que me tiene hasta los huevos. Detesto el hecho de que no pueda escribir una sola mísera palabra, pero ya lo haré y saldré adelante. Sí, esa es mi meta, un poco a corto y largo plazo, pero… no es tan difícil.
